Los elementos de una operación mínima viable

La operación mínima viable es el proceso que te permite conseguir ventas con el menor número de pasos y elementos posibles. A continuación veremos los elementos de los que se compone habitualmente, y plantearemos posibles escenarios de operación mínima viable para un emprendedor novato, que comienza en digital, y para un emprendedor avanzado.

Importante: el término novato y avanzado se refiere en este artículo a la experiencia en digital del emprendedor, no a su conocimiento. En ambos casos se considera que la persona que quiere emprender online tiene un conocimiento sólido que quiere trasladar al mundo digital.

Operación mínima viable

Una operación mínima viable se compone habitualmente de los siguientes elementos:

  • Landing page o página de ventas
  • Producto digital o Llamada (en caso de servicios)
  • Procesador de pago
  • Acceso a producto o calendario de llamada
  • Seguimiento (opcional, aplica si tenemos una base de datos de posibles clientes interesados)
  • Publicidad: por ejemplo campaña de Facebook & Instagram Ads

Todos estos elementos tienen por objetivo permitir las diferentes fases del ciclo de vida de cliente, como son:

  • Atracción: mecanismos para conseguir llamar la atención de posibles clientes hacia nuestros productos o servicios, bien de forma orgánica o mediante publicidad.
  • Conversión: herramientas para convertir dichos prospectos interesados en clientes, facilitando el acceso a la información de nuestros productos y servicios, su reserva y compra.
  • Entrega: formas de acceso a los productos o servicios adquiridos.
  • Fidelización: testimonios de los cliente satisfechos, como prueba social para aportar en nuestros siguientes procesos de venta.

Fase de atracción

En esta fase del ciclo de vida, el fin último es conseguir la atención de posibles clientes interesados en nuestro negocio, productos y servicios, que idealmente nos entreguen sus datos de contacto para que podamos establecer con ellos una relación que se pueda cultivar en el tiempo.


Obviamente para un emprendedor novato será más costoso (en tiempo o en dinero) conseguir una base de datos de contactos de la que puedan salir clientes interesados. En este caso, la forma más barata pero también más lenta sería la captación orgánica, a base de compartir de forma gratuita conocimiento o información que llame la atención de un público interesado por lo que ofrecemos. Puede ser a través de un blog, redes sociales, etc.

Sin embargo, para comenzar a construir esa comunidad, lo más rápido es invertir en una campaña de publicidad que nos posicione como expertos y de a conocer a un segmento de la población previamente seleccionado en base a las características que nos interesen, el producto o servicio con el que se desee comenzar a vender online.


En el caso de emprendedores avanzados, con un negocio digital ya en marcha, esta fase de atracción se puede dotar de otros elementos como webinars donde se explique a la audiencia actual y nuevas personas interesadas los nuevos productos. Se suelen generar así mismo lead magnets o elementos gratuitos que se entregan a posibles clientes a cambio de sus datos de contacto. Puede ser un libro, plantillas, una clase gratuita grabada, etc.


Esa información de contacto la podremos almacenar de forma manual o de forma automática, en herramientas de email marketing que nos permitan etiquetar, clasificar y gestionar dichos contactos para establecer una relación personalizada con cada uno de ellos.

 

Fase de conversión

Aquí comenzamos ya a necesitar herramientas digitales concretas que permitan materializar la venta y el cobro. Si bien no es imprescindible disponer de una página web completa, sí necesitaremos al menos una landing page ó página de aterrizaje, a la que podamos llevar a los posibles clientes y donde les podamos explicar en detalle las características de nuestra oferta y sobre todo la transformación que el cliente logrará con nuestros servicios, y por qué somos su mejor opción.

Esa página será nuestra casa digital, en la que el cliente podrá conocernos mejor y analizar en detalle nuestra propuesta de valor. En ella podrá también contactar con nosotros, solicitar información o incluso reservar una cita si es un servicio que ofrecemos como parte de la presentación de nuestros servicios.

A través de dicha página le enviaremos también a una página de pago, en caso de que esté interesado en adquirir uno de los productos que ofrecemos. Esa página estará conectada con un procesador de pago que permita realizar la adquisición de forma sencilla y rápida tanto para el cliente como para el emprendedor, de forma automatizada.

La experiencia deberá completarse con información adecuada que le explique al cliente cual es el proceso completo: bienvenida a nuestro mundo, resumen del servicio contratado, siguientes pasos, etc. Todo esto se puede automatizar con secuencias de emails que se programan en herramientas para este fin.

Entrega de producto o servicio

Una vez realizada y cobrada la venta, es necesario proporcionar al cliente una forma de acceder a nuestro producto. Si se trata de un documento, deberá tener la posibilidad de descargarlo, si es un curso online necesitará una forma de acceder a la plataforma donde lo tengamos alojado.

En el caso de que nuestro servicio sea una llamada o videoconferencia, le facilitaremos al cliente forma de realizar la reserva y agendar una cita según nuestro calendario, todo ello sin nuestra intervención, únicamente vinculando nuestra disponibilidad con la herramienta adecuada.

 

Fidelización

Es quizá la fase más abandonada en el proceso o ciclo de vida de cliente. Una vez entregado el producto o servicio, es deseable hacer un seguimiento del cliente, incluyendo su nivel de implementación o consumo del producto, grado de satisfacción, dudas, etc. Será el momento también de solicitar testimonios que nos puedan servir como prueba social del nivel de calidad de nuestro servicio, información muy valiosa para incrementar el valor percibido de nuestra marca.

 

Conclusión

El camino recorrido por un cliente puede ser tan sencillo o tan complejo como lo queramos; cuando empezamos, nos centraremos en los pasos básicos necesarios para captar la atención, realizar la venta y entregar el servicio, pero a medida que nuestro negocio evolucione podremos ir dotándole de más capas que elevarán la calidad del servicio prestado y la percepción de valor.

Las herramientas digitales a emplear para cada actividad son tan variadas como problemas a solucionar; lo importante es escoger las adecuadas a nuestras posibilidades, volumen y objetivos. Y en caso de duda, contactar con un experto en negocios digitales te puede ahorrar mucho tiempo y quebraderos de cabeza para poder arrancar tu negocio sin complicaciones innecesarias.

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